Jugar está bien. A mí, personalmente, es una de las cosas que más me entretiene. He de decir que prefiero acompañado que solo, pero oye, en tiempos de Covid es más complicado. A pesar de esto, primero quiero recalcar el vídeo previo a la sesión, con el que comparto y suscribiría todo, porque jugando aprendemos más de lo que la gente imagina. Yo, por poner un ejemplo, aprendía a imaginar y no aburrirme, algo que actualmente parece que, o hay tecnología, o no hay diversión.
En definitiva, hemos aprendido las distintas mecánicas del juego, los tipos de jugadores que hay y que somos y, por supuesto, cómo aplicarlo al aula. No voy a enrollarme mucho con esta sesión porque ya lo he dicho, el juego me gusta y lo relaciono con aprender, por eso quiero ponerlo en práctica “cuando sea mayor” con mis futuros alumnos. Cuando uno se divierte, quiere continuar, pero, sobre todo, cuando uno pierde, quiere mejorar, y frustrarse es el camino a seguir para evolucionar y crecer personalmente. Sinceramente, la escalera hoy no se puede escalar mucho, porque ya estaba en la cúspide, y eso es algo maravilloso.